El análisis de sangre es una de las pruebas médicas más solicitadas por los médicos tanto en la consulta como en los hospitales.
Puede ser requerido por rutina como control de salud, como parte de un reconocimiento, en el seguimiento de pacientes o para ayudar en el diagnóstico de alguna enfermedad. En cualquier caso, sirve para determinar el estado general del paciente y consiste en extraer una pequeña cantidad de sangre venosa, para poder determinar su composición a través de un análisis en el laboratorio.
Normalmente, los datos que más se solicitan para el estudio son el hemograma y la bioquímica sanguínea.
El hemograma mide la concentración de cada uno de los elementos celulares de la sangre (glóbulos rojos, leucocitos, etc.). También comprueba si las células tienen una forma y estructura normales o si están alteradas.
La bioquímica es el estudio de las sustancias químicas presentes en la sangre. Como el potasio, el calcio, el sodio, el magnesio, las vitaminas o las hornomas.
El análisis de sangre generalmente se realiza manteniendo al paciente en ayuno de al menos seis horas, puesto que la ingesta de alimentos altera muchos de sus parámetros. Al margen de este requisito, no requiere ninguna preparación especial.
Las muestras para analizar la sangre se toman con una jeringa y se extrae generalmente de una vena (que lleva la sangre al corazón). Y si sólo son necesarias unas gotas, basta con hacer una pequeña punción en la yema de un dedo y aplicar una presión suave y ligera para que salga la sangre necesaria.
Una vez que la muestra de sangre es recogida en el punto de extracción, se etiqueta con un código de barras que contiene la información necesaria para asociarla al paciente. Después, es enviada al laboratorio pertinente en unos contenedores y al llegar allí comienza el proceso de análisis. Los recipientes pasan a los aparatos de análisis del laboratorio para las pruebas que se requieran en cada caso.
Se pueden analizar miles de parámetros o sustancias, pero los cinco más importantes son :
Este estudio se encarga de medir los glóbulos rojos, los glóbulos blancos, las plaquetas, la hemoglobina, los hematocritos y el volumen corpuscular medio.
Estas pruebas, también conocidas como Panel Metabólico Básico, miden diferentes sustancias químicas en la sangre. Función hepática y renal, funcionamiento del tiroides, niveles de glucosa, iones como el potasio o el calcio, etc.
Las enzimas se encargan de controlar las reacciones químicas en el cuerpo. Algunas muy importantes (la troponina y la creatinquinasa) son las que detectan daño miocárdico como acontece en un infarto o ataque cardíaco. En concreto, la troponina aumenta cuando se ha producido un ataque cardíaco.
Gracias a sofisticados aparatos de última generación capaces de analizar hasta 130 parámetros sanguíneos en unos 6-8 minutos, mediante unos biosensores que se sitúan en cinco puntos determinados del cuerpo.
Este dispositivo consiste en colocar dos biosensores en el cuello, dos en la axilas y uno en el ombligo del paciente, que se conectan a un ordenador y calibran la temperatura corporal de la persona. A partir de los cambios bioquímicos que se producen y de fórmulas matemáticas, el dispositivo puede revisar hasta 130 parámetros de la sangre sin necesidad de extraer muestras.
La máquina aplica tecnología espacial y ha sido diseñada por miembros de la Academia Rusa de Ciencias Naturales, la Universidad de Massachussetts y el National Space Biomedical Research Institute, ya se utiliza en otros países –Hungría, República Checa, Ucrania, China, Egipto y Vietnam– y ha sido validada por la Unión Europea.